Volvemos a la carga con otro post sobre trucos de cocina. La verdad es que hay soluciones súper fáciles a cosas como las berenjenas amargas. Hoy te enseñare cómo quitar el amargor a la berenjena.
Seguro que más de una vez has cocinado algo con esta hortaliza y siempre te queda un sabor intenso que no te termina de gustar. A partir de hoy esto se va a acabar con este truco para eliminar la amargura de las berenjenas y verás que incluso quien más las odia pasa a amarlas.
Las berenjenas son muy saludables y su pulpa contiene muchos antioxidantes, sin embargo, cuando estos entran en contacto con el aire se oxidan y provocan este sabor que no se va al cocinarlas.
¿Cómo quitar el amargor a las berenjenas?
Vamos a ponernos manos a la obra con estos dos trucos diferentes.
El primer truco es con sal fina. Corta las berenjenas en rodajas (o cómo vayas a cocinarlas) y colócalas en un colador. Esparce bien de sal fina por ambos lados. Coloca otra capa de berenjenas siguiendo el mismo proceso y así hasta que hayas terminado. Tendrás que esperar al menos 30min para que ‘sude’ todo el amargor y luego pasarlas por abundante agua para eliminar la sal.
El segundo truco es con agua, sal y leche. Corta la berenjena al gusto y cúbrelas en un bol con agua, sal gorda y leche. Deja que repose unos 30min y remójalas en agua para quitar todos los restos.
¿Hay algo mejor que saborear un jugoso tiramisú? ¡Sí! Hacerlo en versión donut y de manera saludable hecho sin azúcar refinado y adaptables sin gluten fácilmente. Es la prueba irrefutable de que no se necesita una freidora para hacer unos donuts (donas) o rosquillas sabrosas y buenas para la salud.
Al horno quedan igual de esponjosos (sobre todo usando moldes de silicona) y húmedos. Sí, los donuts de las pastelerías están de vicio, no lo negaré, pero es difícil encontrar alguno que sea saludable.
Por eso, hemos vuelto con otra dosis de donuts. Ya los hicimos de chocolate y también de limón, ambos riquísimos, así que me apetecía probar otra receta diferente y así que aquí estamos con donuts de tiramisú saludables.
Ingredientes para los donuts de tiramisú:
90gr de harina de trigo (con o sin gluten) o con harina de avena
70gr de harina de coco
5gr de harina de almendra
5gr levadura en polvo
15ml de leche
10ml de aceite de oliva
2 huevos
1 yogur natural sin azúcar
30ml de miel
1 taza de café
300gr de mascarpone
1 cucharada de stevia o azúcar glas
Extracto de vainilla al gusto
Chocolate en polvo puro para decorar
Chocolate fundido para decorar
Paso a paso
Lo primero será precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
Después tamizaremos las harinas y la levadura.
En otro bol mezclaremos los ingredientes húmedos: los huevos, el aceite, el yogur, la leche y la miel.
Un vez está bien batido, añadiremos poco a poco los ingredientes tamizados y mezclaremos hasta tener una masa uniforme.
Pondremos un poco de aceite en los moldes de los donuts y vertiremos la masa dejando 1cm.
Ahora lo metemos al horno unos 12-15min. El truco del palillo te irá de perlas para saber si están listos o no. Clávalo en uno de ellos y si sale limpio, ya están cocinados para sacarlos del horno.
Deja que se atemperen dentro del molde y luego desmóldalos en la rejilla para enfríar.
Mientras tanto, prepara uno de tus cafés favoritos y deja que se enfríe.
En un bol vierte el mascarpone con el endulzante que hayas elegido y el extracto de vainilla. Ahora bátelo con una varillas y que se integre todo bien.
Cuando los donuts estén fríos, mójalos en el café y coloca el frosting por encima o corta los donuts y úsalo como relleno. Decora con cacao puro y chocolate fundido.
Lo ideal es dejar los donuts de tiramisú al menos una hora en la nevera antes de comer para que el mascarpone se solidifique un poco.
Las cosas como son. No habrás estado en un confinamiento real si no has hecho una receta de pan casero. Pues bien, no podíamos esperar y nos entró el mono. Esta receta está basada en la de Bake Street que es una crack con este tipo de masas y la hemos adaptado con las harinas que teníamos a disposición.
En este pan encontrarás un recuerdo a pueblo cuando el tiempo pasaba más lento. Su miga es esponjosa, pero densa y una corteza crujiente a la que no hay pan con tomate que se le resista. Para hacer este pan (con estos ingredientes sale 1) vas a necesitar 3 días así que busca hueco en la agenda. Sin embargo, no precisa de excesivas atenciones.
Ingredientes para hacer tu pan con levadura fresca
Prefermento día 1
Para este primer fermento vamos a necesitar:
30g de harina de fuerza
22g de agua
0,6g de sal
0,6g de levadura fresca
Prefermento día 2
15g del primer prefermento
100g de harina de trigo
50g de harina de espelta
150g de agua
Para la masa:
Todo el prefermento del día 2
200g de harina de espelta
150g de harina de trigo
175g de agua
9g de sal
La elaboración
Vamos a hacer el primer prefermento. Mezclamos todos los ingredientes en un bote de cristal y removemos bien hasta que quede bien mezclado. Lo tapamos con papel film y lo dejamos en la nevera hasta el día siguiente.
Ahora vamos a preparar el segundo prefermento. Mezclamos todos los ingredientes antes mencionados. Lo tapamos también con papel film, pero, esta vez, lo dejamos unas 20-24h a temperatura ambiente. Lo ideal es que esté alrededor de 24ºC.
El tercer día vamos a elaborar la masa de este pan casero fácil y rústico.
Esta masa, en este punto, no es muy manejable a nivel manual, por lo que lo mejor es usar una máquina tipo Kitchen Aid con el accesorio del gancho para masas. Si no tenemos otra opción que trabajarlo a mano, ten en cuenta que será muy pegajosa. Lo mejor es que te embadurnes bien las manos con aceite y harina para que se te pegue lo menos posible.
¡Vamos a ello! En el bol de la amasadora pon los ingredientes que necesitamos para la masa empezando por el segundo fermento, las harinas, la sal y, finalmente, el agua.
Mezcla a velocidad 1 durante 5min. Verás que la masa se enrolla en el gancho de la amasadora y, después, repite el proceso durante 2min a velocidad 2.
Ahora esparce harina en la superficie donde vayas a trabajar la masa y viértela. Usa la técnica del plegado durante un par de minutos. Después crea una bola y vuélvela a poner en el bol que cubriremos con un paño de cocina de algodón. Déjala reposar 45min a temperatura ambiente. Igual que el segundo fermento, lo ideal son 24ºC.
Transcurrido este tiempo de levado, volvemos a amasar una vez más. Ahora también nos centraremos en desgasificar la masa*. Volvemos a dejar que leve otros 45min. Verás que cada vez la masa es más suave, menos pegajosa y más esponjosa. ¡Ya dan ganas de meterla al horno!
Ya falta poco. Realizamos el levado final. Pasados estos últimos 45min, vamos a trabajar la masa sobre la superficie espolvoreada con harina y lo haremos con la técnica de plegado (como la que hicimos al inicio de todo) esta vez durante 1 minuto.
Preparamos la bandeja con papel de horno y espolvoreamos harina para que se pegue lo menos posible. Vamos a crear una bola y colocamos sobre la bandeja. Cubrimos generosamente con harina de trigo, volvemos a tapar la masa con el paño de cocina y dejamos levar los últimos 45 minutos a 24ºC hasta que haya doblado su volumen.
La masa de nuestro pan casero se agrietará y quedará marcado con la harina. Si quieres puedes hacer un dibujo, unas rayas… ¡lo que te plazca! Precalentamos el horno arriba y abajo a 250ºC. Cuando haya alcanzado la temperatura, la bajamos a 220ºC para hornear nuestro pan casero rústico durante 50min.
Colocaremos el pan aproximadamente en medio del horno. Vamos a colocar una bandeja debajo con agua. Esto hará que el vapor convierta la corteza en crujiente.
Lo sacamos y dejamos que se enfríe sobre una rejilla.
Si os gusta un pan de esos de buena miga esponjosa. Ligero, a la vez que denso, ¡esta receta está hecha para ti!
¡Qué aproveche, ‘breadlovers’!
*¿Qué significa desgasificar la masa y cómo se hace? Esto significa sacar el gas generado por el levado en la masa. Para ello lo que debes hacer es presionar con el puño con fuerza el centro. Verás que incluso oyes como suelta el gas.
En este post vamos a cocinar una tarta cruda (‘raw-based plant’) sin gluten y sin azúcares refinados. ¡Una tarta realfooder! Esta tarta de chocolate blanco y arándanos te hará sentir en el séptimo cielo con la cremosidad de su cobertura y la crujiente base. Además, es una tarta que no necesita cocción, solo la base tendrá que meterse al horno para que se compacte bien. Ideal para cualquier festa de verano, ¡bien fresca!
Esta receta de la tarta de chocolate blanco con mermelada de arándanos casera la he creado inspirándome en Delight Fuel. Julia hace maravillas que me fascinas y las adapto a mi gusto e ingredientes que tengo a mano. ¿Quieres ver más recetas dulces? ¡Trastea por aquí!
Ingredientes para tu cremosa tarta de chocolate blanco:
Para la base:
2 tazas de copos de avena sin gluten
1 taza de almendras
7 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
3 cucharadas de miel
Para el relleno de arándanos:
2 tazas de arándanos
1 taza de agua
7 hojas de gelatina o 1 cucharadita de agar agar para hacer la receta vegana
1/4 de taza de miel
Para la cobertura de chocolate blanco:
120gr de chocolate blanco
1 taza de anacardos
2/3 de taza de leche de avena
Una pizca de sal
Paso a paso para crear tu tarta y triunfar:
Lo primero que haremos será precalentar el horno arriba y abajo a 170º.
Luego pondremos en un procesador de alimentos o una picadora eléctrica la avena con la almendras y procesarlo hasta que se haya triturado bastante para crear la base de la tarta. Ahora añade el aceite y la miel. Mezcla bien hasta que quede bien integrado.
Coge un poco de aceite y embadurna el molde que vas a usar para evitar que se pegue. A continuación, crea la base de la tarta y métela al horno unos 5-10min hasta que veas que está hecha y dorada.
Ahora empezaremos con la mermelada de arándanos. En un cazo a fuego medio pon los arándanos con el agua. Pasados unos 15min añade la miel y cuécelo otros 15min más. Mientras haces esto, pon la gelatina en remojo en agua fría para que se ablande. Luego coge las láminas de gelatina y ponla con la mermelada.
Cuando esté cocida, coge una batidora y tritura bien la mermelada. Deja que enfríe un poco antes de vertirla sobre la base. Es importante ya que si no se calentará la base y se filtrará. Cuando este tiempo pase, pon la mermelada en la tarta. Métela a la nevera o en el congelador hasta que la gelatina se haya endurecido.
Ahora vamos a por la cremosa cobertura de chocolate blanco. En otro cazo, o en el mismo bieeeeen limpio para que no queden restos, funde el chocolate blanco con mucho cuidado para que no se pegue. Piensa que si se te queda el chocolate, tendrás que volver a empezar porque es imposible de rescatar. En un procesador de alimentos tritura los anacardos junto con la leche de avena. Si ves que queda muy líquida la mezcla, pon un poco de agua. Añade la pizca de sal y el chocolate blanco. Vuelve a triturar.
Ahora tan solo te queda un último paso: verter la cobertura y otra vez a enfriar.
Decórala a tu gusto y… ¡a disfrutarla!
Si te animas a hacerla, me encantará curiosear cómo os te quedado así que no dudes en etiquetarme en Instagram @salydulzura
Creo que el recuerdo americano puede durarme hasta el fin de los tiempos, pero esta vez no he sido yo la loca nostálgica que se ha puesto a cocinar esta receta de Mac & Cheese, o macarrones con queso, ha sido mi pareja en un arrebato de ‘cheeselover’. ¡Vamos a por la receta!
Ingredientes para 4 personas:
250gr de pasta (tiburones) sin gluten
160gr de queso cheddar
75gr de gouda
40gr de parmesano
60gr de harina sin gluten
60gr de mantequilla
500ml de leche tibia o natural
Una pizca de nuez moscada
Una pizca de sal
Una pizca de pimienta negra
¡Vamos a preparar los Mac & Cheese!
Lo primero que haremos será hervir la pasta con un poco de sal, pero sin nada de aceite en la olla. Este tipo de pasta que yo he utilizado (los tiburones sin gluten de Gallo) se tiene que cocinar 12min para queden al dente, por lo tanto, los herviremos 10min. Así se terminarán de cocinar cuando los gratinemos en el horno.
Mientras se cuece la pasta, rallamos el queso parmesano, gouda y cheddar.
Una vez listo y la pasta escurrida, ponemos en una olla antiadherente la mantequilla. Cuando esté derretida, vierte la harina y remueve con unas varillas hasta que se integre bien o quedará la pasta con sabor a harina.
A continuación añade la leche y sigue mezclando con las varillas manuales hasta que quede bien integrado. Mientras tanto, precalienta el horno solo con calor arriba a 190º.
Ahora es el momento de poner todos los quesos en la olla. Cuando esté fundido, pon una pizca de nuez moscada, sal y pimienta. Mézclalo bien y añade la pasta.
Vamos a espolvorear más parmesano al gusto por encima y lo metemos al horno hasta que tenga un bonito color gratinado por encima.
Estos donuts de limón con glaseado no llevan azúcar, pero sí mucho sabor. Como sabéis, tradicionalmente, las donas se fríen y eso aumenta mucho su aporte calórico. Por eso hemos decidido cocinarlos al horno. Hace unos meses hicimos estos de chocolate que estaban deliciosos, pero estos de limón hemos conseguido que sean mucho más jugosos.
Hemos jugado con una decoración más divertida para los niños con estos ojos de azúcar y también con ralladura de limón o triángulitos de limón para decorar estos pequeños placeres.
El tamaño de estos donuts (o donas) no es el normal de supermercados o de pastelerías ya que la masa tradicional de éstos es moldeable como el de una coca o galletas y se corta con cortadores. Por eso, los moldes para donuts que encontraréis en el mercado son más pequeños.
Ingredientes:
Para la masa:
80gr de harina de repostería (con o sin gluten) o de avena
50gr de harina de almendras
2 huevos
10ml de aceite de oliva virgen extra
1 yogur natural sin azúcar (120gr)
30gr de miel
Ralladura de medio limón
Zumo de medio limón
1 cucharadita de extracto de vainilla
5gr de levadura Royal
Para el glaseado:
60ml de agua tibia
40gr de proteína con vainilla
¿Cómo hacer donuts de limón? Paso a paso:
Precalienta el horno arriba y abajo a 180º.
Mezcla todos los ingredientes secos en un bol. Recuerda que las harinas deben estar tamizadas.
En otro bol añade todos los ingredientes húmedos.
Vuelca los ingredientes secos poco a poco hasta crear una masa homogénea.
Una vez hecho, engrasa el molde de donuts (yo uso este de Silkomart de silicona) con un pelín de aceite y llénalos hasta que falte 1cm aproximadamente.
Mételos al horno unos 12-15min o hasta que veas que está la masa hecha con un palillo.
Déjalos enfriar mientras preparas el glaseado. Tamiza la proteína y añade el agua.
Moja los donuts de limón y deja que el glaseado se seque.
Lo del bicarbonato de sodio más bien parece un milagro de Lourdes con su capacidad y la gran variedad de usos que tiene. Hoy os explico algunos de los más esenciales para tenerlo siempre en tu despensa.
El bicarbonato en la repostería
Nada nuevo que os cuente que el bicarbonato en la repostería sirve como levadura. Su combinación con vinagre, o con elementos ácidos, hace que libere dióxido de carbono y cree ese burbujeo tan característico. Esta combinación provoca que las masas leven. Yo la utilizo en la receta de Carrot Cake.
Para salsas y verduras
En la salsa de tomate o en sofrito, añadir una cucharadita de café, es una buena manera de reducir el ácido y la posible acidez de estómago que puede surgir.
Cuando cocinas pimientos en una receta y le añades bicarbonato, eso impide que te repita durante tooooda la tarde.
Sirve estupendamente para limpiar la fruta y la verdura. Pon en un bol la fruta o la verdura y vierte una cucharada. Déjalo reposar unos 10min y luego enjuágalo bien para quitar los restos del bicarbonato y los posibles insectos.
Deshace a la perfección la cebolla y le da ese color a caramelizada. Queda una textura parecida a la de la pasta.
Elimina el olor a coliflor al cocinarla. Para muchas personas este olor es desagradable aunque su sabor les guste. Agregar una cucharada de bicarbonato de sodio mientras hirve la colifor para evitar que el mal olor se espanda por tu casa. Además, igual que con los pimientos, te ayudará a digerirla mejor.
También para la tortilla
El truco está en poner mezclar media cucharada de bicarbonato por cada 3 huevos. ¡Pura esponjosidad!
Y para que la carne sea más tierna
La carne a veces puede ser dura o puede que te guste más tierna. ¿Cómo lograrlo? En una cazuela con agua por 2 cucharadas de bicarbonato de sodio y deja que repose 2h en la nevera. Enjuaga bien la carne para que no queden restos y cocínala como más te guste.
Bonus track: para la barriga
¿Te parece que los usos del bicarbonato en la cocina son pocos? Ironía, obviamente. Pues cuando te cuente que es ideal cuando tienes retortijones, algo te ha sentado mal o simplemente tienes muchos gases. Solo debes mezclar una cucharadita con agua y para adentro. El sabor no es delicioso que digamos, pero con lo que funciona, bien sabe un pequeño mal trago. ¡Ya verás que este milagro sí es de los buenos!
Os he hablado otras veces de que mi madre es una hacha en la cocina. Siempre le ha tocado cocinar en casa, pero, además, le gusta. Hoy os presento sus berenjenas rellenas, una receta muy típica de Menorca. Mi recomendación es que os paséis por la sección suya y miréis algunas de sus recetas, ¡os dejarán con ganas de darle un bocado!
Mis padres tienen un señor huerto en el que cultivan, especialmente, en verano. En él cosechan berenjenas de diferentes tipos, calabacines, tomates de mil tipos, pimientos, melones, sandías, cebollas, lechugas, fresas y un largo etcétera. Es una maravilla y de estas tierran salen casi todos los ingredientes necesarios para hacer la receta de berenjenas rellenas. Además, como no meten nada químico es todo bieeeen ecológico.
No me extiedo más y os dejo en todos los detalles 🙂
Ingredientes para hacer la receta de berenjenas rellenas a la menorquina
3-4 Berenjenas de las gorditas (según el tamaño de la bandeja)
Tomates
Cebolla
Un par de ajos
Perejil
1 pimiento
Pan rallado
1 o 2 Patatas
1 huevo
Especias al gusto: albahaca, tomillo, orégano
Una pizca de sal
Pimentón
Paso a paso para seguir la receta
Lo primero que haremos será poner a hervir/escaldar un poco las berenjenas partidas por la mitad para poder quitar su pulpa con facilidad.
Cuando las sacamos, dejamos que enfríen y en el mismo agua hervimos un par de patatas tamaño medio hasta que estén bien cocidas para triturarlas.
Mientras preparamos un sofrito tradicional. Pelamos los tomates y quitamos las pepitas. Cortamos pequeño y lo ponemos en una sartén con aceite. También cortamos bien en juliana la cebolla y la pochamos con el sofrito. Repetimos el proceso con el pimiento y dejamos que se haga bien.
Coges las berenjenas y con muuucho cuidad vacías su interior. En una bandeja colocas la piel a modo de barquitas una al lado de la otra hasta llenar la bandeja.
Mientras en un recipiente chafas la patata junto con la pulpa de berenjena y añades el sofrito. Lo mezclas bien.
Ahora agregas el huevo, las especias y un poco de pan rayado para espesar.
Luego rellenas las barcas de berenjena que tienes en la bandeja y añades un poco más de pan rayado por encima y espolvoreas un poco de pimentón (dulce o picante, según el gusto) y aceite.
Lo metes al horno a 180º con calor arriba y abajo hasta que se dore el pan y a la mesa.
En esto de estar en cuarentena/confinadxs en casa por el coronavirus, nos hemos puesto, literalmente con las manos en la masa. Hicimos esta receta de focaccia sin gluten adaptando la receta de Jamie Oliver y de Gnambox.
Así que durante estas semanas, que acaban de anunciar que va a durar hasta el 12 de abril, vamos a recuperar nuestra vena cocinilla y os colgaré recetas fáciles para sobrevivir a la cuarentena. Esta receta de focaccia sin gluten puedes hacerla fácilmente con gluten. Tan solo cambia la harina por harina panificable normal y, en lugar de 17gr de levadura fresca, pon 15gr.
¿Empezamos con la receta? Aquí va lo que necesitas para cocinarla 🙂
Ingredientes para la focaccia sin gluten
500gr de harina panificable sin gluten
420ml de agua templada
30gr de aceite de oliva virgen extra
17gr de levadura fresca
15gr de miel o una cucharada
15gr de sal fina
Romero al gusto
¿Cómo hacer una focaccia sin gluten? Paso a paso
Pon en un bol o recipiente la harina. Mientras, calienta el agua en el microondas con la levadura para que se funda.
Mezcla la levadura con la harina, añade la sal, el aceite, la miel y el romero. Como no va a quedar como una masa de pan, es más líquida y pegajosa, no podrás manejarla con las manos, deberás remover con una cuchara de madera.
Luego tocará dejar que leve en el molde donde la cocerás durante 2h aproximadamente o cuando veas que ha crecido más o menos el doble.
Enciende el horno con calor inferior a 180ºC
Cuando haya pasado este tiempo, haz una mezcla de agua y aceite a partes iguales y ‘pinta’ la superficie de la focaccia. Deja que leve al menos 30min más.
Luego pásalo bien haciendo los agujeros con los dedos y esparce romero por la superficie.
Ponlo al horno 30min o hasta que veas que la parte superior empieza a coger colorcillo.
Cuando falten 10min enciende el horno arriba y abajo.
Déjala enfriar y a disfrutar de esta deliciosa focaccia sin gluten.
El otro día, con un resfriado que acaba con cualquiera, tenía puesto Canal Cocina y apareció Jamie Oliver con su ruta por Italia. Ahí fue a ver una ‘mama’ italiana que le enseñó a hacer esta receta de ñoquis que he versionado para que sea posible hacerla sin gluten.
Hacía tiempo que tenía ganas de hacer una receta de este estilo y finalmente hoy ha sido el día 🙂 La verdad que me esperaba que fuese rápida y fácil, pero lo fue muchísimo.
La receta de ñoquis (o gnocchis) caseros con salsa tradicional
Los ingredientes necesarios:
1 kg de patatas
Harina sin gluten
Para la salsa de tomate:
4 puñados de tomates cherry en ramillete
1 ajo
Sal
Para la salsa pesto:
Aceite de oliva virgen extra
Nueces
1 ajo
Albahaca fresca
Sal
Queso italiano
Paso a paso para que salga perfecta
Precalienta el horno a 200º y pon un olla con agua a hervir.
Pon a hervir el kilo de patatas enteras y con la piel hasta que estén bien, bien cocidas.
Mientras tanto, coloca los ramilletes de tomate cherry en una palangana con un chorrito de aceite de oliva, un ajo y sal. Déjalos con calor arriba y abajo hasta que veas que se han cocinado bastante y que la piel se despeja perfectamente. Al menos, va a ser media horita.
Cuando las patatas estén listas, quítales la piel aún calientes y cháfalas. Lo ideal sería con un pasapurés para evitar que el calor te moleste en las manos. Pero si no, deja que se enfríen un pelín y haz todo el proceso.
Coge todo el puré de patata y ponlo sobre una superficie con harina. Ve añadiendo harina hasta que notes que ya no se te pega en las manos. Dependiendo del grado de agua que tengan las patatas necesitarás más o menos.
Coge un poco de masa y crea un churro. Como hacías de pequeña con la plastilina y corta trozos con un cuchillo. Yo como no tenía una tabla estriada para ñoquis, lo hice con un tenedor para darle forma.
Lo divertido de que sean caseros es que cada uno queda diferente en forma y tamaño y cualquiera de la familia puede unirse y meterse manos en la masa a crear sus propios ñoquis. Espolvorea harina por encima de los ñoquis.
Saca la palangana del horno, quita la piel y la rama de los cherry.
Luego faltarán solo dos cosas: 1. cocinar los ñoquis y 2. crear el pesto con nueces. Lo primero es fácil. Pon agua a hervir y cuando esté hirviendo, añade los ñoquis. Sabrás que están listos porque flotarán. Repite el proceso hasta que estén todos hechos. Viértelos todos dentro de la palangana con los tomates para que se impregnen del sabor.
Así que ahora nos toca hacer el pesto. Lo primero será coger unos 7-8 nueces y picarlas en el mortero. Añadiremos el ajo y lo picaremos junto con las nueces. Ahora le toca al ajo, el queso rallado al momento y un chorrito de aceite. Finalmente, pon hojas de albahaca y pícalas con todo el resto de ingredientes del pesto.
Para servir este plato solo tendrás que poner un poco de los ñoquis sin gluten con la salsa de tomate, después pon 3 perlas de pesto y esparce queso recién rallado por encima. Mézclalo todo y a saborearlo.